Hay que explicar, para mi no fue facil en el principio, que, en la jerga de internet, el titulo tiene forma de hashtag o sea una cadena de caracteres formada por una o varias palabras precedidas por una almohadilla (# en ingles hash).
El importante es que en la así dichas redes sociales (agregadores como Twitter, FriendFeed o en Taringa, YouTube y otros) un hashtag como #yosoy132 (u otros que quienquiera puede crear) representa un tema abierto en el que cualquier usuario puede aportar su opinión personal.
El importante es que en la así dichas redes sociales (agregadores como Twitter, FriendFeed o en Taringa, YouTube y otros) un hashtag como #yosoy132 (u otros que quienquiera puede crear) representa un tema abierto en el que cualquier usuario puede aportar su opinión personal.
Esto fue lo que pasó el pasado domingo y los días siguentes, cuando los estudiantes de la UIB (Universidad IberoAmericana) tras demostrar su rechazo hacia el candidato presidencial del Revolucionario Institucional, Enrique Peña Nieto, fueron calificados como acarreados y fascistas por algunos medios de informacion que alababan la presencia de Peña Nieto.
En seguida ciento treinta y un estudiantes de la Ibero se movilizaron para mostrar sus credenciales y desmentir los medios: de allí se desarrolló el fenómeno “soy 132” por la enorme e inmediata marea de estudiantes que empezaron a decir: y yo soy el numero 132.
Hasta ayer eran mas de 650.000 estudiantes que en todo Mexico se habían unido a la cruzada y el tema está todavía en el “trending topics” (terminos, noticias, más seguido) de la red.
Este fenomeno, que me se parece increíble para Mexico, pero no es nuevo.
En los ultimos años ya hemos dicho que la primavera arabe nunca habría salido a la luz –en Túnez y en Egipto por ejemplo, y antes en Ucrania con la Revolución naranja- sin el estallido de las redes sociales. Dentro de sociedades que tienen una composición mayoritaria de personas menores de treinta años, y que por lo tanto tienen gran familiaridad con Facebook y similia, fue la red que hizo posibil el imposible: favoreció un coordinamiento popular que ayudó a desmoronar regimenes de poder que se creían firmisimos.
Hace cincuenta años, fue Jürgen Habermas, filósofo y sociólogo alemán, en su clásico Historia y crítica de la opinión pública que reportó como en el trascurso de la modernidad las sociedades dieron vida a lugares, centros, de discusión estrechamente conectados a sus propia estructura social.
En Alemania fueron las universidades donde se forjaba la pública opinión, en la Francia los salones aristocráticos donde salieron las tesis que llevaron a la Revolución, en Inglaterra en lugares más libres como las “coffee houses” donde hombres politicos, pero también comunes, aristocráticos y burgueses, estudiantes, comerciantes se confrontaban con las temas más apremiantes.
Y ahora son las redes sociales los lugares virtuales de encuentro y de discusión más influyentes que están tomando valor particularmente como movilizadores ciudadanos.
Nos es por casualidad que desde siempre el estado centralizador, el poder totalitario, Napoleón, Mussolini, Stalin, Mao, Castro, Chavez y todos los otros, impusieron una estricta censura a los medios, o en otra manera los compraron con la distribución de privilegios y monopolios.
El orden politico tradicionál veía una élite organizada frente a una masa desorganizada y dispersa; la planificación social por su naturaleza imponía una información unidireccional, de arriba hacia abajo donde alguien (el Poder) “cuenta” a todos (el pueblo) el mismo discurso.
En ese sentido el estallido de una comunicación indipendiente y fuera de los esquemas tradicionales, sustraída por cuanto sea posible al Poder (en Cina, en Corea del Norte internet está puesto bajo control y a veces bloqueado, apagado) impide una gestión centralizada de la información y de las opiniones.
No todo serápositivo en esta inédita situación, pues las redes podrían ser forjadas por las opiniones dominantes, por élites ocultas, pero deja claro que estas revoluciones a las cuales estamos asistiendo han desmoronado sanctuarios de poder y de fuerza, han desuelto dominios piramidales indisponibles a las preguntas y exigencias de la gente comun.
Lo que hace pocos años nos habría parecido imposible.
Comentarios recientes