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La hipocresía del derecho público

lupusagnus

Antes de todo que es el derecho:
los medios por los que la vida social se convierte en organización.

En los tiempos modernos se establecieron:
Derecho Público: regula las relaciones entre el Estado o los organismos públicos y los particulares cuando los primeros actúan en posición de supremacía.
Derecho Privado: regula las relaciones interindividuales tanto de particulares como de entidades privadas, dejando a iniciativa personal también la aplicación de las normas individuales. Aquí, los particulares se mueven en pie de igualdad.

Por lo general, las normas de derecho privado suelen ser las normas de carácter normativo o dispositivo, mientras que las que son obligatorias pertenecen al derecho público.

Una bipartición que no existía en la antigua ley romana (madre de todos los derechos), en la que el derecho era solo privado (o sea entre particulares), pero que ha tomado cada vez más fuerza y dominio con el establecimiento del poder del Estado

 

Y aquí está la fábula con su moraleja.
El genio de Gayo Julio Fedro, nos revela la hipocresía del derecho público, es decir la ley impuesta por el poder del más fuerte, en este caso el lobo-estado.

Un lobo y un cordero, impulsados por la sed, habían venido al mismo arroyo.
El lobo estaba más arriba y, un poco más lejos, en la parte inferior, el cordero.
(Superior stábat lupus….)

Entonces el malvado, a por la garganta insaciable, buscó una causa de pelea.
¿Por qué me has hecho turbia el agua que estoy bebiendo?
Y el cordero, temblando:
» ¿Cómo puedo hacer lo de que te quejas, o lobo? ¡El agua fluye de ti a mis tragos!»

Eso, rechazado por la fuerza de la verdad:
» ¡Hace seis meses -dijo- Hablaste mal de mí!»

Respondió el cordero:
«¡Pero en realidad… todavía no había nacido!»
«¡Para Hércules! Tu Padre -dijo el lobo- habló mal de mí!»

Así que, agárrandolo, lo mata y le da una muerte injusta.

Este cuento está escrito para aquellos hombres que oprimen a los inocentes con falsos pretextos.

 

 

La propiedad es lo primero

propiedad

Hoy les comparto, con total adhesión, un importante artículo de Gerardo Garibay Camarena en http://www.wellington.mx, que destaca las deformaciones aplicadas en México al concepto de propiedad privada.

Finalmente, una iniciativa de un senador panista de Sonora propone modificar el artículo 27 constitucional para reconocer de manera clara y abierta el derecho a la propiedad de los ciudadanos.

“Actualmente, el artículo 27 de la constitución es un auténtico monstruo autoritario, que se extiende a lo largo de más de 3,500 palabras en las que el gobierno se otorga a sí mismo (por medio del eufemismo de “la nación”) la propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, concediéndose a continuación el “derecho” de transmitir el dominio de ellas a los particulares.”

 

La propiedad es lo primero

En medio de todas las polémicas intrascendentes, todos los escándalos grotescos, los desastres naturales, con los huracanes y todos los desastres anti naturales, con la administración Peña Nieto, de repente surge alguna noticia capaz de alegrarnos la semana y mantener viva la esperanza de que después de todo existe vida inteligente en el lejano planeta de la política nacional.

Hoy tenemos una de esas noticias, pues este jueves Francisco Búrquez, Senador del PAN por Sonora, presentará en el Senado la que a mi parecer es la iniciativa más urgente y más trascendente en la historia moderna de este país. Así, de ese tamaño y con esas palabras; la reforma que propone es un primer paso inaplazable e indispensable para enderezar los entuertos legales, políticos y culturales que con el paso del tiempo han derivado en muchos de los más graves problemas que enfrentamos los mexicanos para vivir en paz a través del respeto y para prosperar en justicia, a partir del esfuerzo.

¿De qué se trata? Muy sencillo, de modificar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para reconocer, clara, abierta y contundentemente un derecho que durante demasiado tiempo los gobiernos nos han esquilmado: el derecho a la propiedad privada.

El senador propone que el artículo 27 constitucional esté conformado por tres párrafos, en donde se mencione explícitamente que toda persona tiene derecho a la propiedad privada, incluyendo el derecho de adquirir, recibir, usar, ocupar, defender, intercambiar, dividir y ceder su propiedad de cualquier manera, siempre que no menoscabe con ello los derechos de terceros.

La propuesta también incluye poner más candados al concepto de expropiación, limitando la causal de utilidad pública a “aquellas que sean indispensables para generar un beneficio general en la comunidad” y planteando directamente la obligación de que el Estado pague la indemnización al precio de mercado de la cosa expropiada.

Actualmente, el artículo 27 de la constitución es un auténtico monstruo autoritario, que se extiende a lo largo de más de 3,500 palabras en las que el gobierno se otorga a sí mismo (por medio del eufemismo de “la nación”) la propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional, concediéndose a continuación el “derecho” de transmitir el dominio de ellas a los particulares.

Esta norma, claramente socialista, constituye quizá la peor traición del Constituyente de 1917 al espíritu de la constitución de 1857 y durante todo el siglo XX fue el pretexto para robarle sus 22 propiedades, de forma más o menos descarada, a cientos de miles de personas, y para construir monopolios “públicos” (especialmente PEMEX) que en la práctica funcionaron como botines privados de multitud de camarillas y caciques creados, engordados y amancebados al abrigo del poder federal, el mismo que aún hoy se regala para uso y riqueza de sus funcionarios “el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público, así como el de regular, en beneficio social, el aprovechamiento de los elementos naturales susceptibles de apropiación” (por “público” y “social” entiéndase “al gusto de la mafia gubernamental en turno”).

Además de las consecuencias inmediatas de abuso por parte de las autoridades y de manipulación política por parte de los partidos, especialmente claras en el caso del “reparto agrario” realizado a punta de pistola durante décadas y repartiendo lo robado en “ejidos” a quienes tampoco se les dio la propiedad de lo entregado, la actual redacción del artículo 27 tiene un profundo efecto corruptor sobre toda la práctica de gobierno y todo el diseño de políticas públicas, e incluso sobre los valores a partir de los cuales se lleva a cabo la convivencia social.

¿Por qué es tan grave que el gobierno se adjudique la propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional?

  • En primer lugar, porque la concepción colectivista y autoritaria que inspiró la redacción actual se refleja en el resto 23 de la legislación y de la administración pública, implicando la sumisión absoluta de todo lo que poseemos a la voluntad del gobierno, convirtiéndonos (en la práctica) en súbditos, y no en ciudadanos.

En súbditos, porque nuestras propiedades son en realidad meros usufructos obtenidos y conservados por gracia de Peña Nieto (o de quien encabece el gobierno en un momento dado). De esta certeza tácita se deriva también buena parte de la cultura paternalista, basada en la idea de que, ya que el gobierno es dueño de todo, es responsable por todo, lo que constituye uno de los mayores lastres de la política en México, como lo reconocen constantemente incluso los candidatos de izquierda y de derecha en debates y entrevistas televisivas.

  • En segundo lugar, porque la propiedad estatal “de los elementos naturales susceptibles de apropiación” ha resultado en monopolios mafiosos, e inoperantes, pensando por ejemplo en el propio Pemex, o en las cooperativas pesqueras y por supuesto, en los ejidos, que a pesar de toda la tinta gubernamental pasaron el siglo XX convertidos en trampas de incertidumbre, baja productividad y abandono.

Por eso es tan importante la iniciativa que presentará hoy el senador Búrquez:

  • Porque corrige una de las más graves tropelías de nuestra constitución.
  • Porque reconoce claramente un derecho que por décadas se nos ha arrebatado.
  • Porque las estadísticas internacionales muestran consistentemente que un mayor nivel de protección a la propiedad privada se relaciona con mejores niveles de desarrollo humano y de Producto Interno Bruto, es decir: entre más se protege la propiedad privada, hay más bienestar y más dinero para las personas y para el país en general.
  • Porque es el primer paso para sanear los paradigmas a partir de los cuales se desarrollan las políticas públicas y consolidar verdaderos diques a la corrupción gubernamental, que no sólo sucede cuando los burócratas se roban el dinero, sino también cuando van más allá del legítimo ámbito de su autoridad y trasgreden los derechos a la vida, la libertad y la propiedad, que no se originan en “la nación” (o sea, en el gobierno),sino en el individuo, y que por lo tanto anteceden y superan al Estado.

En pocas palabras: porque la propiedad es lo primero.

Gerardo Garibay Camarena sept 2017
Gerardo Garibay Camarena es editor de wellington.mx, columnista en diversos medios digitales y autor de los libros “Sin Medias Tintas” y “López, Carter, Reagan”.

 

La ley

la ley

 

“La ley, ¡pervertida! La ley y tras ella todas las fuerzas colectivas de la nación, ha sido no solamente apartada de su finalidad, sino que aplicada para contrariar su objetivo lógico. ¡La ley, convertida en instrumento de todos los apetitos inmoderados, en lugar de servir como freno!
La ley, realizando ella misma la iniquidad de cuyo castigo estaba encargada! Ciertamente se trata de un hecho grave, como pocos existen y sobre el cual debe serme permitido llamar la atención de mis conciudadanos”.

 

Así comienza «La ley», el extraordinario ensayo escrito por Frédéric Bastiat en 1848, (ya he escrito sobre él) uno de los más conocidos de su extensa de obra.
Hay que disfrutar leyendo y meditando este memorable alegato en defensa de la justicia y el Estado de Derecho, tan vigente y actual hoy como en el tiempo en que se escribió.

De Educación para la libertad por Luis A. Iglesias

 

 

 

Herbert Spencer

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Me gusta ponerles un claro articulo del prof Arturo Damm Arnal que bajo el título de “Herbert Spencer” y tomando inspiración en su obra es una expresiva, casi didascálica disertación sobre la esencia del poder político en las varia formas en que se encuentra en las sociedades.

Herbert Spencer fue uno de los filósofos británicos más relevantes de la segunda mitad del siglo XIX, cuyo radicalismo liberal se expresó en su obra mas destacada “La Estática Social: o la condición esencial para la Humana Felicidad” (Social Statics: or, The Conditions Essential to Human Happiness Specified, and the First of Them Developed1851).

En esta obra propuso una filosofía política basada en la ley de la igual libertad: “cada hombre tiene la libertad de hacer todo lo que quiere, a condición de que no viole la igual libertad de cualquier otro hombre”.

El pensó que no solo el estado puede ser legítimamente desconocido – escribió “El hombre contra el estado” y también “El derecho a ignorar al Estado»- sino que la ciudadanía tiene que ser voluntaria y que la secesión del estado es siempre posible.

Su fuerte defensa de la libertad individual y de la libre empresa privada nació en contra a la acción pública por razones más éticas que económicas en cuanto el temía los efectos de corrupción del tejido social connaturales a las expansión  de las tareas de la política.

“Educación, religión, sanidad, asistencia a los pobres son tareas en las cuales la legislación no tiene que intervenir, pena la mortificación de las energías sociales por obra de la acción uniformante y homogeneizante de los poderes públicos; como las soluciones inventadas por la sociedad son marcadas por la variedad y el pluralismo, así la intervención del gobierno desprende una capa de uniformidad”.

“La superstición política del pasado era el derecho divino de los reyes: la de hoy es el derecho divino de los parlamentos. El óleo santo parece haber pasado inadvertidamente de la cabeza de uno a las de muchos, consagrándolos a ellos y sus decretos.”

La esencia del poder político –que en las sociedades democráticas (en las que los gobernados eligen a sus gobernantes), republicanas (en las que los gobernados gobiernan cara a los gobernados) y de Estado de Derecho (en las que gobiernan las leyes justas y no los hombres), recae en quienes redactan y promulgan las leyes– es la de eliminar o limitar la libertad individual, poder que en manos poco escrupulosas fácilmente ocasiona la limitación o eliminación arbitraria de dicha libertad, aún en sociedades que presumen ser democráticas, republicanas y de Estado de Derecho, aparentemente muy alejadas de las monarquías absolutas.

¿Por qué escribo aparentemente? Porque, como lo señala Spencer, el monarca absoluto ha sido sustituido por el legislador absoluto, olvidándose que lo que importa no es quién (uno: el monarca absoluto) o quiénes (varios: los legisladores) determinan qué se permite y qué se prohíbe, ni cómo (por imposición de uno o por votación de muchos) se determina qué se prohíbe y qué se permite, sino qué es lo que se prohíbe y qué es lo que se permite.

El Estado de Derecho se define como el gobierno de las leyes justas, siendo tales las que reconocen plenamente, definen puntualmente y garantizan jurídicamente los derechos naturales de la persona a la vida, la libertad individual y la propiedad privada, derechos naturales que son anteriores y superiores a las leyes redactadas y promulgadas por el ser humano, leyes positivas que deben ser redactadas y promulgadas para defender esos derechos de cualquier posible agresión, defensa que tiene que ver con la justicia, de tal manera que es justa aquella ley que, reconociendo plenamente los derechos naturales de la persona, los define puntualmente y garantiza jurídicamente.

Son esos derechos, y su defensa, los que deben limitar la acción del legislador, cuyas leyes son justas, no porque hayan sido redactas y promulgadas por él, sino porque reconocen plenamente, definen puntualmente y garantizan jurídicamente los derechos naturales de la persona.

Llegados a este punto hay que distinguir entre leyes positivas –las redactas y promulgadas por el ser humano– y positivismo jurídico –la creencia de que toda ley positiva, por el simple hecho de haber sido redactada y promulgada por el legislador, es justa– positivismo jurídico que ha originado al legislador absoluto, aquel cuya palabra es ley, y aquel cuya ley es justa, lo cual, al despojar al ser humano de la protección que deberían brindarle los derechos naturales, lo deja a expensas de las ocurrencias de los legisladores: basta que el legislador lo haya dispuesto para que deba ser cumplido.

En pocas palabras: hay que obedecer, no porque así lo exija el respeto a los derechos naturales de la persona, sino porque lo digo Yo, el legislador absoluto.

Lo único que justifica que se elimine o limite la libertad individual es el respeto a los derechos de los demás, derechos que pueden ser los naturales, aquellos con los que el ser humano nace, pero también los contractuales, aquellos que cada persona adquiere voluntariamente al pactar con los demás. La tarea el legislador debe ser redactar y promulgar leyes justas, que lo son, no porque hayan sido redactadas y promulgadas por él, sino porque fueron redactas y promulgadas con el fin de reconocer plenamente, definir puntualmente y garantizar jurídicamente los derechos naturales de la persona a la vida, la libertad individual y la propiedad privada, algo que hoy, más que la regla, es la excepción.

Cuántos legisladores podrán responder correctamente la siguiente pregunta: ¿Qué es una ley justa?

Por ello, pongamos el punto sobre la i.
Arturo Damm 7 de ene de 2013

Armas de fuego

¿estamos seguros?


“De todas las fechorías cometidas por el imperio británico en la India,
la historia verá la de privar a toda una nación de las armas como la peor”
Mahatma Gandhi

“Una población sin armas está a expensas de la buena o mala voluntad de quienes sí las poseen, ya sea el gobierno, ya la delincuencia.”
Gerardo Enrique Garibay

 

Un tiroteo en una escuela primaria de Sandy Hook en la localidad de Newtown, en el estado de Connecticut, dejó 27 muertos, entre ellos 20 niños de entre cinco y 10 años.

Un joven de 20 años, autor de la matanza, cuya madre era profesora en la escuela donde ocurrió la tragedia, acudió al centro escolar tras asesinar a su madre en la casa.
Es la mayor tragedia ocurrida en una escuela de Estados Unidos.

Esta la noticia, reportada por los periódicos, de los dramáticos acontecimientos sucedidos hace unos días.

El presidente Obama conmovido expresó su condolencia: “… no hay un sólo papá que hoy no pruebe el dolor que yo estoy probando. Las víctimas, en la mayor parte, eran niños: tenían toda su vida por delante: cumpleaños, bodas, hijos… Esta noche nosotros los papás abrazaremos nuestros hijos: hay papás que esta noche llorarán…
Hemos soportado demasiadas veces estas tragedias en los últimos años.
Como País tenemos que hacer algo para impedir que se repitan tragedias como estas.”

Palabras conmovedoras en un momento terrible.

No quisiera parecer desfachatado o cínico si no me encuentro de acuerdo con la última frase. O mejor con lo que hace entender: revocar el permiso de llevar armas.

Todos estamos disgustados, amargados por lo que pasó, por la violencia gratuita y sinsentido, por la barbarie y la crueldad de la matanza pero una cosa es expresar condolencia en nombre del país y otra pensar que el país, mejor dicho, el gobierno del país  pueda solucionar, en manera correcta, este problema.

Porqué la solución del gobierno, a la cual muchos de nosotros, por falta de conocimiento, por equivocadas informaciones, por mal puesta confianza en la seguridad del estado consentimos y aceptamos, es la de cerrar aun más el cerrojo de la libertad del ciudadano: y la de tener o utilizar armas es parte importante de esta libertad.

 

Por incidencia quisiera aclarar que personalmente no tengo ningún tipo de arma, blanca o de fuego, por lo tanto no estoy hablando “pro domo mea” (en favor de mi propio interés). Para mi es una cuestión de principio y de libertad.

En los Estados Unidos, donde sucedió el trágico acontecimiento, la libertad de poseer armas de fuego está contemplada, desde tres siglos, en la Segunda Enmienda de la Constitución.

Aunque muchos no quieran entenderlo, el instinto de fondo en la sociedad estadounidense, nacida de una lucha de liberación contra un poder imperial, la libertad de llevar armas es antes de todo una defensa contra el arbitrio del poder.

Los constitucionalistas americanos no excluían que también el gobierno de los EE.UU. un día pudiera hacerse tiránico cuanto lo de los ex-dominadores británicos y la libre posesión de armas es una reserva permanente contra la dictadura, doméstica o enemiga que sea.

 

La opinión preconcebida predominante quiere hacernos creer que la posesión de armas, por tanto el reconocimiento del derecho de llevar armas, sea factor causal y desencadenante de la criminalidad salvaje.

Pero esta correlación entre crimen y disponibilidad de las armas no se puede probar y cuando intentamos hacerlo encontramos que en los países  con tasa de posesión más alta en el mundo (Noruega, Alemania, Suiza, Nueva Zelanda, Finlandia) la tasa de homicidios es la más baja; donde hay pocas armas “legales” (porque son prohibidas) como Rusia y también México, Sudáfrica, Honduras, El Salvador, Jamaica, Argentina, Colombia y Venezuela los homicidios son mucho más altos.

En los EE.UU. (cada estado tiene su ley diferente) donde hay restricciones más fuertes los homicidios tienen una incidencia diez veces más alta que en los más permisivos. Hay que recordarnos que el estado de Connecticut, donde ocurrió el masacre, es uno de los estados norteamericanos con más restricciones a la posesión de armas.

Mientras lo que es cierto es que la propiedad de armas de fuego por la inmensa mayoría sirve para prevenir el delito. Los delincuentes se lo piensan dos veces antes de matar y robar a individuos pacíficos que puedan estar armados. Pero no vacilan cuando confían en que sus víctimas estén indefensas. Como los criminales siempre tendrán armas, es necesario que las víctimas potenciales sean capaces de armarse para evitar el delito.

Entonces pensar que la solución rápida y realmente eficaz sea la prohibir por ley a todos las armas, además de ser irrealizable, es una estupidez.
Primero porque la ley la cumplen los inocentes, no los criminales (el propio Adam Lanza, asesino en Sandy Hook, se hizo ilegalmente con el arma que empleó).
Segundo porque el problema está en las personas y no en las armas: no debemos olvidar que quienes agreden y asesinan son las personas, no los objetos: que pueden ser armas de fuego, pero también cuchillos, piedras, carros…

Y sobre todo porque tener un arma para autodefensa funciona muy bien contra la delincuencia común.

“Tan solo en los Estados Unidos se registran cada año más de un millón de casos donde la abuelita, la mamá, el tío o el cuñado salvan su vida e impiden un crimen gracias justamente a sus pistolas y rifles”.

La misma opinión fue expresada por el padre de la criminología, Cesare Beccaria, (leído y estudiado por Thomas Jefferson y los padres fundadores de los Estados Unidos):

“Falsa idea de utilidad es la que sacrifica los miles de beneficios reales para una desventaja, o imaginaria o de poca consecuencia; que quitaría a los hombres el fuego porque quema y el agua porque ahoga; […].

Las leyes que impiden llevar armas son leyes de substancia semejante: desarman sólo los no propensos y no resueltos al crimen, mientras los que tienen el ánimo de violar las leyes más sagradas de la humanidad y las más importantes del código ¿Cómo pensamos que querrán respectarlas? ¿La ejecución exacta de las cuales nos quita la libertad personal y somete los inocentes a todas las vejaciones debidas a los reos?

Estas agravan las condiciones de los acometidos, mejorando la de los asaltantes; no bajan los asesinatos pero los acrecen pues es mayor la confianza en el asaltar los indefensos que los armados.

Corría el año 1764.

 

P.D.
Muy pertinente y en el mismo sentido es el articulo de Arturo Damm Arnal “El punto sobre la i”.

 

 

 

Secesión

Gustav Klimt – El beso


La vida artística de Gustav Klimt coincide casi por entero con la historia de la Secesión vienés. Con el termino Secesión se hace referencia a los movimientos artísticos, surgidos a la fin del siglo XIX entre Alemania y Austria, que intentaban crear un nuevo estilo que se alejara de lo académico.
Igual significado de apartamiento, separación de lo establecido y de lo institucional pero en el sentido político, tiene la Secesión que estamos viendo requerida y buscada por diferentes partes del Viejo Mundo:
el derecho primario del individuo y de las comunidades de separarse de cualquiera sujeto politico mas extenso. Si alguien negara o renunciara a este derecho, en tal caso seria poco mas que un esclavo: y ningun acuerdo para volverse esclavo puede ser considerado jurídica y moralmente vinculante.
secession.net
En otras palabras el derecho primario a la autodeterminación de los pueblos.
El hecho está de actualidad ya que, siguiendo el ejemplo de la Cataluña, del País Vasco, de la Escocia, de la Región Flamenca también en Italia, en el Véneto región los ciudadanos estan pidiendo, en las calles y en congresos con discursos y pacificas manifestaciones, la secesión de Roma (de Italia) a través de un referéndum, cuya aprobación será discutida en el consejo regional véneto, para hacerse Provincia autónoma y independiente.
Quieren votar para su propia libertad: que no se niegue el derecho de costruir su proprio futuro, el derecho de decidir sus propias instituciones politicas.

Hasta la television china habló de esto movimiento para la independencia y la questión ha sido tratada por muchos  medios de comunicación de masa en Inglatera, en Iran, en Espana, en los EEUU, en Rusia, en Eslovenia, en Hungría, en Polonia, en Turquía, en conclusión en todo el mundo. Pero no, o muy poco, en Italia.

Quien sabe porqué, o, mejor lo sabemos.
Es algo que va a sacudir desde los cimientos la estructura pol
ítico-institucional del país que hasta ahora parecía estable y sometido: los “poderes fuertes”, politicos, sindicales, burocráticos, financiero, se encuentran desprevenidos. Y la prensa, los medios de comunicación, que viven a lado del poder, para pereza mental, para obsequio a los que mandan, para miedo al nuevo que se acerca, encuentran más comodo, más seguro, más políticamente correcto, volver la cabeza de otro lado.
Solo en el web, el único lugar de encuentro verdaderamente libre, hablamos de esto.
Dandose al final cuenta que la democracia no es libertad, al contrario es la supresión de la libertad, si consideramos el camino hacia la esclavitud perseguido por los bancos centrales (manejados por los gobiernos y los poderes económicos-financieros que nos dejan en la opresion fiscal); si Europa muere de irresponsabilidad, el Veneto, como las otras regiones que quieren recorrer este camino, piensa en cuidarse con mesura, en “mantener en orden su propio corral”.
En este sentido, puede ser que la crisis imponga elecciones pesadas en el curso de la negociación para la independencia (será que pagar a Roma la parte que nos corresponde de la deuda del estado). Ya sabemos que la libertad tiene un precio y, si en el pasado en las luchas para conseguirla habían matanzas y muertos (decía Thomas Jefferson que el arbol de la libertad tiene que ser regado con la sangre de tiranos y héroes), ahora puede ser que se encuentre más pacíficamente.
En un estado más pequeno, la región veneta como renacimiento de la memorable  Serenísima República de Venecia que cuidó aquellas tierras por más de quinientos años, con un gobierno más cerca de los ciudadanos será posible poner sobre cimientos institucionales del todo nuevos la economía, ahora perjudicada y oprimida por un drenaje fiscal perverso, por un gasto público insensato y inefectivo que enriquece sólo empresarios corruptos y conniventes, politicos sin escrúpulos y “mafias” siempre más fuertes.
de última hora:
Ayer 42 concejales sobre 60 de la Region Véneto suscribieron la petición de un concejo extraordinario para convocar un referéndum sobre la independencia.
Europa está cambiando y el principio del “derecho de voto” empieza a encontrar aplicación.

Los frijoles…del gobierno


De veras no hay límites a la insipiencia de los gobernantes como a la credulidad de los ciudadanos.

 

Después de haber predicado por meses contra la especulación, contra los acaparadores que hacían subir el precio de los huevos – lo que era totalmente equivocado, como intentamos de explicar hace unos meses aquí– los mismos piden maniobras para que suba el precio de los frijoles.

 

Me parece increíble

Pero acabo de leer que:

“De manera conjunta, los estados de Durango, San Luis Potosí, Zacatecas, Chihuahua y Guanajuato, solicitaron al Senado de la República que se suspenda la importación de 138 mil toneladas de frijol este año, con la intención de mejorar los ingresos de productores locales”.

 

Entonces para los huevos el precio no debía subir -los huevos están en la canasta básica y son alimento principal de los mexicanos- para que los ciudadanos, los mas pobres sobre todo, pudieran seguir con su alimento sin gastar más que antes; para los frijoles  -los frijoles están igual en la canasta básica y son alimento principal de los mexicanos- el precio tiene que subir para que los productores tengan su “correcta”, “justa” ganancia.

 

Breve paréntesis para apuntar lo que no sabemos y  no se puede conocer: que quiere decir “correcto”, que es “justo”.  ¿Lo que pagábamos el año pasado? ¿El precio fijado por el gobierno? ¿Lo que decide uno de los tantos institutos de burócratas estatales?

O, en cambio, no es, no debería ser, lo que sale de la libre y espontánea negociación en el mercado, entre los que piden y los que ofrecen?

 

 

¿Porque, los señores de arriba, están pidiendo que se suspenda la importación del extranjero?

Ah… entonces saben que abriendo las fronteras, es decir aumentar la cantidad de producto, el precio se baja. Pero en el caso de los huevos nunca escuché algo parecido… ¡la culpa era de la especulación y el gobierno debía que proteger a los ciudadanos consumidores! Si se acuerdan las fronteras estaban cerrada para los huevos y solo después de tres meses, entre tanto los monopolistas de los huevos habían hecho su jugoso negocio, permitieron que se abrieran.)

 

¿Qué pasó? ¿Ahora la campana suena diferente?

Para los huevos no se tiene que gastar y ¿para los frijoles sí? La atención de los gobiernos va a corriente alterna: ¿una vez a Fulano, otra vez a Mengano?

 

Lo que no queremos entender es que cualquier intervención de los gobiernos en la economía y en el comercio es un fraude: el mercado tiene que ser libre, abierto, sin aranceles a la frontera, sin cupo a las importaciones.

Si los frijoles son más baratos en el extranjero, que vengan: ganará el consumidor por el precio más bajo, ganará la economía del país, o sea todos nosotros, cuando nos daremos cuenta que los productores  no son a la altura de competir.

 

Y ¿Porque debería pagar más de lo normal (en este caso: el precio que puedo encontrar en otro mercado) por un producto cualquiera que sea? ¿Para mantener ineficiencia, incapacidad, guardar favores, amiguitos?…

 

 

El mito de la democracia

 

 

«Para mí la democracia es un abuso de la estadística. Y además no creo que tenga ningún valor. ¿Usted cree que para resolver un problema matemático o estético hay que consultar a la mayoría de la gente? Yo diría que no; entonces ¿por qué suponer que la mayoría de la gente entiende de política? La verdad es que no entienden, y se dejan embaucar por una secta de sinvergüenzas, que por lo general son los políticos nacionales. Estos señores que van desparramando su retrato, haciendo promesas, a veces amenazas, sobornando, en suma.
Para mí ser político es uno de los oficios más tristes del ser humano.
Esto no lo digo contra ningún político en particular.
Digo en general, que una persona que trate de hacerse popular a todos
parece singularmente no tener vergüenza.
El político en sí no me inspira ningún respeto. Como político.»
Jorge Luis Borges
 […] mediante las constituciones democráticas, se aspira a conceder a los ciudadanos, en la esfera política, aquella misma supremacía que, como consumidores, les confiere el mercado. Aun así, el símil no es del todo exacto. En las democracias, sólo los votos depositados en favor del candidato triunfante gozan de efectiva trascendencia política. Los votos minoritarios carecen de influjo. En el mercado, por el contrario, ningún voto resulta vano. Cada céntimo gastado tiene capacidad específica para influir en el proceso productivo. […] La elección del consumidor cobra virtualidad tan pronto como el interesado se decide a gastar el dinero preciso en la consecución de su objetivo.
Ludwig von Mises, «Human Action» Capítulo XV
Hace tiempo, hablando con un amigo salió el discurso sobre poder y democracia. Era un discurso tranquilo después de una cena, gozando un vaso de vino “carmenere”.
A la fin, mirandome en la cara, soltó con “de cuanto dices, de cuanto escribes, me parece que tu estás en contra de la democracia”. 
El amigo, es un caro amigo que me conoce bien aunque de poco tiempo, había dado en el blanco.
. . . . .
Hay mucha confusión con respecto al término “democrazia”. La palabra deriva del griego y etimológicamente quiere decir “poder del pueblo” o “poder por el pueblo”.
Pero la palabra tiene un sentido diferente según el ámbito en el cual se emplea: en el libre cambio más que en las actividades políticas.
Y en este ultimo caso – la palabra escrita en mayúsculas, ¿por obsequio, por alabanza?,- el concepto padece una transformación.
Sí, porqué en una Democracia (ámbito político) la mayoría toma decisiones que recaen sobre todos mientras en la democracia (ámbito del mercado) cada individuo toma decisiones que son vinculantes solo por el: el proceso democrático (‘d‘ minúscula) no impone el control de unos sobre los otros; al contrario estriba sobre el control personal de parte de cada cual.
Vamos a ver como funciona.
Si, por exemplo, voy a comprar en un super una lata de frijoles marca X, (porque son buenos, para mi son los mejores, … etcétera), no impido que otra persona pueda comprar, quizás por los mismos motivos, la marca XX. Y otras  las marcas UU, VV, ZZ u otras todavía.
Puede ser que la marca X sea, con mucho, la más vendida en el super: lo que quiere decir que los clientes comprando la lata a cambio del propio dinero dan su voto de preferencia a la empresa que la hizo. Pero igual pasa a la empresa XX, y a la UU, a la VV, a la ZZ, aunque los “votos” recibidos, las latas vendidas, sean menores.
En esta manera cada empresa recibe, por cada “voto” a su ventaja, un estímulo para seguir trabajando y producir satisfacción para sus clientes, pocos o tantos que sean. Por igual el super, para conservar sus clientes, seguirá poniendo en los estantes la lata X pero también la lata XX, y la UU, y la VV u otra cualquiera que sea.
Pero vamos a ver lo que pasaría si en el mercado fuera vigente la Democracia (la democracia política, la con la D mayúscula).
Con toda razón se pondría en acto un procedimiento para intimar que de ahora en adelante, pues los electores han claramente enseñado que la marca X es la mejor, la más “votada”, la producción de todas las otras marcas será suspendida.
Ya que la mayoría de los clientes prefieren la marca X, solo esta será disponible para todos los consumidores. La prevaricación llegaría a tal punto que un cliente no podría resolver la situación a nivel personal absteniendose del comprar frijoles. No, tienes por narices que comprarlos; y comprar los X (los únicos que hay!); y también comerlos aunque si, a caso, no le gusten!
Y esta es la Democracia!
Pero, afortunadamente, en el ámbito de las transacciones comerciales no tenemos la Democracia con la D mayúscula (hasta ahora: pero hay que decir que en las democracias socialistas del siglo pasado, allá donde salía el sol del porvenir, así era la situacción). 
Tenemos la hermanita más pequeña, pero más libre y más abierta a nuestra manera de ser, más respectuosa de nuestras libertades, la democracia con la d minúscula.
Por eso, aunque la marca X haya resultado ser la más popular, la más vendida, la más votada, también las otras empresas, que de cierta manera recibieron una apreciación pueden seguir produciendo su productos.
La acción de una o también de mil personas comprando la marca X, no nos obliga a la compra de la misma X. Podemos seguir comprando la XX, la UU, la VV etcétera.
Nosotros no podemos impedirles de comprar la X como ninguna persona, o sean bien mil, puede impedirnos de comprar la XX, la UU….
Y esta de veras es la verdadera DEMOCRACIA. El único mecanismo a través del cual cada persona es libre, gobierna a si mismo y no impone a nadie su elección.
Ahora, comparando las dos situaciones, nos vemos, nos demos cuenta de lo que ha pasado con el nuestro apoyo a la Democracia: nos somos alejados del concepto originario de administración por el pueblo. En su lugar tenemos una gestión monopolista pues la mayoría tiene el monopolio del control: todas las minorías, reduciendo al silencio sus voluntades, sus intereses, sus deseos, estan obligadas a someterse al monopolio.
Por eso decimos que la democracia puede ser despiadada, que la ley, democrática por excelencia, la ley de la mayoría, la voluntad de la mayoría, en realidad otro no es que la tiranía de la mayoría.
Hoy en día se ha corrompido el concepto de democracia haciendola aparecer como sinónimo de mayoría. Pero en base a esta idea, se puede afirmar que “cuando unamayoría decide enviar a la minoría a las cámaras de gas se procede conforme a la democracia”…..
Este contrasentido aberrante se deriva de la creencia de que democracia es un concepto carente de contenido, sin reflexionar que su esencia está precisamente estructurada sobre principios incuestionables: los derechos naturales de la vida, de la libertad, de la propriedad, fundamentos de cualquier forma de sociedad humana.
Y luego, la unica forma ahora posible, aplicada a los grandes estados, es la democracia representativa (el mismo Rousseau convenía que la democracia directa del pueblo solo podía encontrarse en las pequenas ciudades-estado), en la que el pueblo elige por medio del sufragio universal sus diputados que constituyen el cuerpo legislativo.
Es decir el pueblo, por medio de la representancia, transfiere su autoridad y poder a otros. A la fin hay otros que actúan en su lugar. 

Pero ¿como puede alguien actuar por ti si est
á orientado a sostener a carta cabal comportamientos contrarios a tus intereses? Asumir que este te represente porque otros lo han elegido es una mentira descomunal. El puede representarte solo si tu lo has elegido y si, por lo tanto, se atiene a cumplir tus intereses.
Aquí pero hay que poner una apostilla, porque, en todos los regimenes democraticos, los políticos, aunque elegidos por el pueblo, por respeto (¿?) de la autonomia de la política, siempre han rechazado el así dicho vinculo de mandato generando aquella tragedia de la representaciónque afecta la democracia representativa.
En el ámbito político, donde los representantes que en el pasado sólo eran “porta-palabras” y mandatarios de los que los habían elegido y delegado, los mismos lograron adueñarse enteramente de la voluntad de los que habrían debido defender e incluso reclamaron, con exito, un mandato libre de cualquier vinculo e compromiso.
¡En realidad  es bien rara esta  pretensión que los que nos representan no son vinculados al mandado, es decir a nuestros poderes!
Así hemos visto en Italia, pero creo en cualquier otro país y quizás en Mexico, que unos politicos elegidos en un partido, con votos, claro!, de sus partidarios, pasar a otro y opuesto partido (opuesto por ideas y propósitos) traicionando sus electores.    
Y esto parece “legal”.
También deberiamos mentar que la “democracia” no es un tipo de gobierno ni de estado, sino que es un método de elección.
Sin embargo, si bien la característica “pacífica” de la democracia es de suma importancia  -nos permite de cambiar jefe sin revoluciones y sangre-  la misma también genera lugar a problemas y tergiversaciones: primero no nos dice nada sobre las “calidades” del jefe y, segundo, nos hace aceptar sin discutir o poner en duda sus decisiones.
El hecho es que el término “democracia” posee un aura muy particular, ya lo llamé mito, pues suele ser asociado prácticamente de manera automática a términos como voluntad popular, verdad, justicia, bien común.
Nada más falso: la práctica democrática no nos dará como resultado veredictos necesariamente justos ni correctos, sino lo que expresa la mayoría de los que van a votar (no está de más recordar que personajes como Mussolini o Hitler, sin decir Peron, Chavez y otros “caudillos” populistas, asumieron el poder de forma democrática: Nosotros somos los verdaderos demócratas, puesto que sólo nosotros somos plebiscitados al 95% ).
El articulo salió demasiado largo para juntarle otras reflexiones sobre la democracia que me la ponen en contra, o, por lo menos, no me va a encantar.
Claro tenemos que hablar de la democracia la que se encuentra en la realidad, en esta tierra y en este tiempo; no podemos idealizarla a tal punto de decir que el concepto es bueno pero los hombres no logramos realizarlo bien.
No!  Sería la misma patraña del comunismo bueno pero encarnado mal.
¡Por favor!
Lo que sólo quería decir es que el estado democrático estriba y tiene su validez, cuando y si la tiene, en las divisiones de los poderes (vease Montesquieu) como mecanismo institucional básico para evitar la concentración del poder político, tratando así de limitar al máximo su ámbito de actuación y la naturaleza de su ejercicio, inherentemente arbitraria.
Pero adonde en el mundo hemos encontrado y encontramos que poder executivo, legislativo, judicial están separados, autonomos y bajo el control del uno contra el otro?
¿En Italia? ¿En Mexico?

El humo te mata

Me puse a reflexionar para un rato antes de poner la foto de arriba: está terrible, espantosa, chocante, …horrible. El articulo estaba escrito de unos días pero no me decidía a ponerlo.
Es una de las imagenes que aparecerán en los paquetes de cigarillos en Argentina desde el 15 de junio, pero en todo el mundo, tambien en Mexico, las imagenes no son muy agréables. Y ademas de la imagen hay un mensaje relacionado con la fotografia para renforzar la comunicación.
Pero, si los gobiernos, (aquí, allá, en todo el mundo más o menos es igual aun sin llegar a este abominio que se encuentrará entre poco en unos paises de Latinoamerica) no se hacen escrúpulo de imponerla en las cajas de cigarros, que están a la vista de todos, tambien niños, porqué debería detenerme yo que la pongo en el primero plano propio para subrayar la bestialidad de esta imposición?
Si, lo sé, hay muchos a quienes le parecerá correcto propio por el disgusto y el miedo que los paquetes provocarán a los fumadores dandoles cuenta de los daños que ocasiona el consumo de tabaco. 
Antes de todo hay que destacar una incongruencia: los mismos que impiden llamar a la putanesca una pasta para no chocar la sensibilidad y la apartenencia de unos; los mismos que encontraron los cuentos de los Grimm, de Andersen y de Perrault, (Caperucita Roja, Blancanieve, Pulgarcito…) demasiado fuertes que puedan turbar la emotividad y la impresionabilidad de los niños, ahora son los mismos que, con el bendito entendimiento de alejarnos del tabaco, le ponen esas aterradoras fotos.
Hay que decir que, por lo que concierne a los niños deberían ser los papás los que intervengan, y no solo por el tabaco sino por muchas otras cosas: y a ésta se le llama educación, primario deber de la familia; deber que no puede ser dejado a ninguno, ni tampoco a una institución estatal, a una asociación de burocratas que en todo piensan menos que en los hijos de los otros.
Por los hombres, antes de todo ya sabemos que el humo mata (aunque no a todos y también depende del cuanto) y por eso no veo la necesidad de esta forma amenazadora  y coactiva para decirnos algo que conocemos. Y no creo que un gobierno que a veces no logra protegernos en la calle tenga que actuar estas alucinantes medidas para defendernos de nosotros mismos.
Segundo y lo más importante, tenemos libertad de decidir de nuestra vida aunque sea un camino a la muerte. Cadauno es dueño de su cuerpo. 
“Nunca dañé a nadie más que a mí misma, y ese no es asunto de nadie más que mío” – dijo Billie Holiday, entre las mejores cantantes de la historia del Jazz quien en el 1959 a los 44 años murió por el abuso de las drogas y del alcohol. 
El estado se ha tomado la tarea de asumir la reorganizacion ética desde arriba, haciendo retroceder al individualismo “irresponsable” mediante la actuación de politicas coactivas que fijan límites morales a conductas que pertenecen a la esfera decisoria privada.
Imponer leyes, reglas, reglamentos, de otro lado, sigue quitandonos el sentido de responsabilidad que cada hombre libre tiene que guardar como su esencia, como la otra cara de su libertad. 
Y ésta es sólo una de las tantas injerencias en nuestra vida privada: nos dicen lo que podemos comer y cuanto; entre de poco la botellas de vino o licores pondrán en la etiqueta un higado cirrotico; en los McDonalds unas imagenes de gente obesa y diabetica; en los bares foto de accidentes automovilísticos…
El hecho es que el estado no nos quiere libres y responsables, sino sometidos a sus ordines o incluso a sus, pesados, consejos. Está haciendo de nosotros un rebaño de borregos que siempre tiene que ser guardado por los perros burocratas del estado y por los gobiernos, nuevos dueños de nuestra vida, nuevos dioses de esta humanidad sin fe.
Acordamonos que el mismo Dios, que habria podido hacernos esclavos felices en el Paraíso Terrenal, nos dejó comer el fruto, el unico prohibido, de manera que enfrentáramos la vida y, segun el libre albedrío, escogiéramos el bien del mal.
El más grave de todo es que después años de abusos y violaciones sufrido, no nos sentimos más hombres, no nos interesa más vivir y escoger por nuestra cuenta: queremos alguien arriba de nosotros que nos diga lo que tenemos que hacer.
La esclavitud, en contra de la cual los espíritus más nobles lucharon por siglos, ahora regresa, más grave, más agobiante, más engañosa, disfrazada de paternalismo moral, el último vestigio colectivista que estamos afrontando en este tiempo.
* * *
Damos un suspiro profundo, aquietamonos un poco, y fumemonos un cigarillo…

Mujer que lee, sabe.

 
 
 

El otro día recibí de una amiga un mail con una historieta sobre una mujer que lee, una de las tantas que circulan en la red. Quizá la han ya leída.
De todos modos voy a pegarla aquí abajo si acaso alguien no la conociera.

Mujer que lee sabe.
Una mañana, el marido vuelve a su cabaña después de varias horas de pesca y decide dormir una siesta. Aunque no conoce bien el lago, la mujer decide salir en la lancha. Se mete lago adentro, ancla y lee un libro..
Viene un Guardián en su lancha, se acerca a la mujer y dice:
‘Buenos días, señora. ¿Qué está haciendo? ‘
– Leyendo un libro- responde ella (pensando ‘¿No es obvio?’)
-Está en zona restringida para pescar- le informa Él.
– Disculpe, oficial, pero no estoy pescando, estoy leyendo.
-Sí, pero tiene todo el equipo, por lo que veo, podría empezar en cualquier momento, tendré que llevarla y detenerla.
– Si hace eso, lo tendré que acusar de abuso sexual- dice la mujer…
-Pero ni siquiera la toqué!!! – dice el guarda.
– Es cierto, pero tiene todo el equipo. Por lo que veo, podría empezar en cualquier momento.
-Disculpe, que tenga un buen día, «señora», y se fue….
Moraleja:
Nunca discutas con una mujer que lee… Sabe pensar….


La fábula es simpática y divertida y tiene también algo de interesante.
Como todas las fábulas, desde el griego Esopo y el latín Fedro, tiene escrita una moraleja que pero, para mí, es bastante superficial. Porque lo que aparece de este cuento no es solo la prontitud y la sagacidad de la mujer, rápida en el contestar al guardián, pero algo más profundo que la moraleja simplona no toma en evidencia.

No es una broma chistosa entre un hombre y una mujer: el hombre que intenta avasallar; la mujer más  lista que él; el hombre que entonces se retira.
El guardián representa el estado que todo quiere controlar con sus leyes, la mujer el individuo, el ciudadano común; y se enfrentan en un asunto que abarca conceptos fundamentales de culpa, de justicia y al final de libertad.

Porque el individuo, en los estados modernos seudo-democráticos y al final dirigistas e intervencionistas, se encuentra siempre en la incómoda posición de sujeto controlado e investigado al cual se inculpan no sólo las acciones, como sería correcto según el principio de responsabilidad individual, sino incluso las intenciones.
Y en el caso del cuento, ya no sólo la intención de cometer un ilícito sino incluso la hipotética posibilidad-capacidad de cometerlo.

Claro, si pasa esta interpretación de la ley, y ya pasó, todos somos culpables de algo, porque propio este es el propósito de la justicia positiva expresada por los estados: lo de tenernos bajo control, de tenernos en estado de sumisión a un poder ciego, absoluto e incuestionable.

Es el concepto de prevención en la gestión de la justicia que lleva a la penalidad de condena de la mujer que, aunque estuviera sólo leyendo, tenía en el barco las cañas de pescar.
Pero, como contesta en ese caso con prontitud la mujer también el hombre, el inspector, tiene algo que, en el concepto de prevención, puede configurarse como intención-intento de abuso sexual.


Es la situación de impotencia y de sumisión que ya hemos encontrado en las distopias de la primera mitad del siglo XX que advertían de los peligros del socialismo de Estado, del control social, de la evolución de las democracias liberales hacia sociedades totalitarias. Como en Nosotros novela rusa escrita por Yevgeni Zamiatin, en 1984 por George Orwell, en Un mundo feliz de Aldous Huxley y en Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. Sin hablar de Franz Kafka que primero expresó la tragedia del hombre, destituido de su humanidad, aniquilado por un sentido de culpa que nunca está expresado que pero lo oprime y al final lo mata.


Pero el verdadero concepto de justicia en la libertad es exactamente el opuesto: el hombre es libre, tiene el derecho de hacer cualquier cosa que no pueda lastimar los iguales derechos del otro. En una sociedad así (correctamente) entendida la relación, única y verdadera, es la que se establece entre los individuos y el estado tiene que ser tercio, es decir estar ajeno a la vida social e intervenir únicamente cuando el comportamiento entre los individuos no es correcto.

Aceptar la prevención en el campo de las acciones individuales quiere decir reducir el hombre a la esclavitud, un estado en el cual nada es permitido excepto lo que  está autorizado por la ley.

Lo que, a diferencia de la historieta de arriba, ya ocurre, ya ha ocurrido.


Esta para mi es la verdadera moraleja, la verdadera enseñanza de este simple cuento.

Y no debenos olvidarnos de lo que nos dejó dicho Thomas Jefferson: la eterna vigilancia es el precio de la libertad.

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