Algo ocurrido en estos días, me refiero al caso de Elba Esther Gordillo, me sorprende, me asombra, me angustia y me horroriza: no sé qué otro sentimiento añadir.
Y Les pido, queridos amigos mexicanos: ayúdenme a comprender, expliquenme su país.
Estos son los hechos.
Por los cargos de malversación de fondos, robo o sustracción de dinero, hace cinco años la Sra. Elba es encarcelada (yo suponía que estaba a la espera de juicio).
La misma permanece en la cárcel, o con más frecuencia en las enfermerías de la prisión, durante más de 5 años.
Luego, a principios de este año, si no he entendido mal, por su estado de salud se le concedió el arresto domiciliario en su hermosa casa de Polanco.
Más tarde, sin embargo puede ser que me haya perdido algunos pasajes – por favor ayúdenme – los periódicos la reportan libre y rejuvenecida dando una conferencia de prensa en la que sentencia: «Soy inocente. Muestro a ustedes la resolución judicial que lo acredita. Recuperé mi libertad, y la ‘Reforma Educativa’ se derrumbó».
Y este es el punto: hay un fallo judicial que «libera» a la dama.
Sin embargo, nunca he leído de un juicio en el que el Fiscal General, o la procuraduría, haya hecho las acusaciones; nunca he escuchado de una audiencia de juicio con la audiencia de testigos a favor y en contra, con argumentos de abogados defensores; de una reunión en una cámara del consejo de la que finalmente salió la sentencia final.
Normalmente en otros países, procesos tan importantes para los medios de comunicación como éste habrían tenido la portada de los principales periódicos todos los días, incluso la televisión en directo, y luego las piezas periodísticas de comentario.
No he visto nada de esto: tal vez se me haya escapado: por eso Les estoy pidiendo ayuda.
Muéstrenme, déjenme ver, déjenme recordar.
Porque no puedo creer que en este país las acusaciones se inventan por motivos ocultos, sin una pizca de prueba; que sin prueba, sin una acusación bien fundada, una persona puede ser encarcelada por cinco años y 11 meses; que sin un debate judicial y una sentencia, un prisionero puede ser declarado culpable o inocente.
No puedo creerlo.
Ayúdenme a creer. Ayúdenme a creer en este país.
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