Razonamiento y lógica
El razonamiento se basa en la lógica, es decir, sobre reglas fijas que permiten hablar.
Básicamente: el principio de identidad (A = A); principio de no contradicción (A # B # C); principio del tercero excluido.
Ahora usted puede también no seguir esta lógica regla: la libertad individual y el libre albedrío (la independencia de criterio y la libertad de elección) se utilizan para apoyar cualquier cosa.
Pero el hecho de que esto está permitido, de que yo seguidor de los principios de libertad permita que tú digas cualquier cosa, absolutamente no quiere decir que lo que dices es verdad, justo, correcto.
No hay que confundir la libertad de expresión, de opinión, con la convicción de que mi palabra, mi juicio, son la verdad.
Apoyar esta tesis, es decir el relativismo, significa poner en el mismo nivel, con el mismo valor, cualquier cosa quienquiera diga u afirme.
Pero no hay que confundir la libertad de decir, con la verdad de lo que se dijo.
Si bien es cierto que, a partir de ciertas premisas se puede llegar a ciertas conclusiones, no es menos cierto, sin embargo, que en la base de todo razonamiento hay algunos principios intuitivamente ciertos o axiomas, que no pueden ser probados, pero fundan la posibilidad misma de cada demostración.
Estos son los tres principios de la lógica aristotélica:
– Principio de identidad: A es A.
– Principio de no contradicción: A es A y no-A al mismo tiempo.
– Principio del tercero excluido: A es X o no-X, no hay una tercera posibilidad.
¡Cómo muchas discusiones inútiles, cuántas tonterías, falsedades se habrían salvado si todos aprendiéramos y tratáramos de seguir estas reglas simples y eternas!
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