En todo el mundo, incluyendo México, hay una alarma general para el aumento de los impuestos: en el número y también en los tipos, como la imaginación de los gobernantes no tiene límites.
Aunque, para saciar el apetito voraz de los políticos y sus burócratas, más y más el estado (palabra hermética que esconde la realidad de todos nosotros ciudadanos-súbditos) va a pedir prestado y endeudarse: pero este es un tema que se enfrentará a nuestros hijos y nietos…
Pero siempre el estado no piensa en gastar menos y ahorrar más sino a echarle la culpa a la mítica figura del “evasor” fiscal y para hacerlo, desdeñando la lógica, confunde la causa con el efecto.
No hay que confundir la causa con el efecto
- La “evasión” es el efecto de los impuestos;
- La tasación es lógica y físicamente precedente a la “evasión”;
- El estatismo confunde a sabiendas el efecto con la causa;
- La confusión está hecha para defender los impuestos;
- Viene defendida con toda la fuerza propagandística disponible;
- Como resultado de esta propaganda se viene creando un aura de inocencia a los “depredadores” dándole la culpa de la hiper-tasación a los “evasores”
- La palabra “evasor” es un término que la propaganda utiliza en el sentido peyorativo para hacerlo de desprecio público;
En resumidas cuentas no hay ningún “evasor” sino un “saqueador”: el estado.
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