En el Senado, la clase política incompetente y en ayuno de cualquier elemento de las leyes económica, exige a gritos la duplicación del salario mínimo.
El populismo elevado a la enésima potencia.
Qué hermoso sería si, por medio de leyes y decretos, “ellos” pudieran eliminar la pobreza, aumentar el nivel de vida de los trabajadores, eliminar la “desigualdad” el monstruo que “los” obsesiona, hacer que todos crecieran hermosos, ricos y sanos!
Es la ilusión de los ignorantes, de los socialistas de todos los partidos; o más bien es el engaño, la estafa de quienes engañan a la gente haciéndoles creer lo imposible.
Si quieren profundizar en el tema, me remito aquí a un escrito mío de hace varios años «Sindicatos y salario mínimo» en el que me resultaba irónico la habitual propuesta de subir el salario mínimo.
El salario (fijar un mínimo ya es una tontería en sí mismo) proviene de una negociación en el mercado y no puede ser superior a su productividad.
“La verdadera cuestión se refiere a los medios adecuados para conseguirlo, y al tratar de dar una respuesta a tal cuestión, no es lícito olvidar unas cuantas verdades elementales; no cabe distribuir más riqueza que la creada; no es posible, a la larga, pagar al conjunto de la mano de obra más de lo que produce”
Henry Hazlitt
Y además, el artículo muy completo y exhaustivo de Rodolfo Sosa Cordero ¿Quieren Percibir Más Por Su Trabajo?
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